La pertenencia a una asociación sacerdotal para el sacerdote secular es un tema controvertido y debatido por los especialistas de la espiritualidad del clero secular, y en ocasiones polémica para los miembros pertenecientes a las mismas, desde la mirada de otros compañeros- Este texto del Santo Padre, parece animar a la pertenencia, en la pluralidad de la unidad y no en la monotonía de la uniformidad.
«Del mismo modo, aliento a los sacerdotes de todas las generaciones a estar cada vez más cercanos unos de otros y a desarrollar su fraternidad sacerdotal y la colaboración pastoral, sin miedo a las diferencias y a las sensibilidades específicas, que pueden ser beneficiosas para el dinamismo de la Iglesia local. Con este Espíritu la participación en una asociación sacerdotal constituye una ayuda valiosa, [el subrayado es nuestro] Cuanto más fuertes sean los vínculos de comunión y de unidad entre el obispo y sus sacerdotes, y de los sacerdotes entre sí, tanto mayor será la cohesión diocesana, tanto más fuerte será el sentido de la misión común y tanto más los jóvenes se sentirán atraídos a unirse en el presbiterio. La vida fraterna de los ministros de la Iglesia es, sin duda, un modo concreto de proponer la fe y animar a los fieles a impulsar relaciones renovadas, a vivir cada vez más en el amor que nos viene del Señor. En efecto, como dice el Apóstol, por ese amor nos reconocerán como discípulos y podremos anunciar la buena nueva del Evangelio».
Juan Pablo II, al cuarto grupo de Obispos de Francia,
con ocasión de su visita "ad limina Apostolorum"
(24 enero 2004)