Texto publicado en Catalunya Cristiana, 24 de mayo de 2007ARGELIATras las huellas de Carlos de Foucauld Asamblea de la Familia espiritual de Carlos de Foucauld en Tamanrasset
TAMANRASSET.— Del 15 al 22 de abril tuvo lugar en Tamanrasset la Asamblea de la Familia espiritual de Carlos de Foucauld, formada por los distintos grupos que siguen la espiritualidad foucauldiana en todo el mundo. Esta asociación fue constituida por los primeros grupos en el año 1955 en Béni-Abbès, donde vivió Carlos de Foucauld antes de desplazarse a Tamanrasset para pasar la última etapa de su vida, desde el año 1905 hasta su muerte, el 1 de diciembre de 1916. Este encuentro tuvo un especial significado por la beatificación de Carlos de Foucauld, el día 15 de noviembre de 2005 en Roma. Eso permitió dar al encuentro un sentido de peregrinación a los lugares donde vivió el nuevo beato, que la Familia se siente llamada a mantener y difundir junto con su mensaje espiritual. Nos acogieron y a la vez participaron en la Asamblea el obispo de Laghouat-Ghardaia, Mons. Claude Rault, como miembro de la Familia, y Antoine Chatelard, hermanito de Jesús que lleva más de treinta años viviendo en Tamanrasset dedicado al estudio y difusión de la vida de Carlos de Foucauld. Actualmente ejerce también el servicio diocesano como sacerdote del pueblo. Buena parte del tiempo del encuentro se dedicó a compartir la vida de cada grupo. Desde las distintas intervenciones se pueden destacar algunas aportaciones interesantes. Algunos grupos están reflexionando para actualizar su carisma como forma de vida religiosa vivida en medio del mundo, con el reto de la gran dispersión de pequeñas fraternidades situadas en culturas, países y religiones muy diferentes. Se vive una llamada del Espíritu en buena parte de los grupos a avanzar en el acercamiento entre los miembros de la Familia para compartir el carisma común y reforzar la misión en el mundo actual. También hay que tener muy presente que el dinamismo de cada grupo reafirma la «misión» común. Se constata al mismo tiempo que la espiritualidad de Carlos de Foucauld atrae a los laicos del mundo actual. Durante los días del encuentro fue motivo de reflexión la manera como se vive la evangelización hoy en diferentes grupos de la Familia. Cuando antes era básicamente en los barrios obreros, ahora se amplia hacia situaciones de soledad y violencia, el tercer mundo, el diálogo con el Islam y otras religiones y culturas más próximas por el hecho de vivir la realidad de un mundo global. Carlos de Foucauld y el Islam Antoine Chatelard participó en el encuentro aportando una detallada reflexión sobre Carlos de Foucauld y el Islam. Destacó tres momentos de la vida del beato en relación con el Islam. El primer momento lo vive en su juventud, con el descubrimiento de los musulmanes. Ante los interrogantes que tiene —¿dónde está Dios?, ¿quién es Dios?—, descubre la oración de los musulmanes que están en constante presencia de Dios. Eso le lleva a estar seducido por Dios. El segundo momento se manifiesta tras su conversión. La estancia en la Trapa de Akbes lo lleva a la búsqueda del absoluto, de la verdad, de la totalidad de Dios. Y la lectura del libro de Henry de Castries sobre el Islam sigue vinculándolo con el mundo musulmán. El recuerdo de su juventud con la interpelación que le produce el Islam lo lleva a Béni-Abbès i finalmente a Tamanrasset. Aquí llega su tercer momento de relación con la religión musulmana. Chatelard explicó que el compromiso con su gente, la ayuda de sus necesidades, la constante acogida, la amistad personal y el estudio de su lengua y cultura (confección del diccionario tuareg-francés), le hacen vivir el misterio de la Visitación: llevar a Jesús silenciosamente a la gente. Como complemento a las reflexiones de Antoine Chatelard, un amigo suyo musulmán ofreció un gran testimonio de Carlos de Foucauld, refiriéndose a sus excepcionales cualidades humanas con una asombrosa expresión: «¡Fue un hombre escogido!» Reconoció que se trata de un hombre que los cristianos y los musulmanes no conocían del todo y que hay que trabajar para que los argelinos se interesen por él y le conozcan mejor. Afirmó que es un hombre de referencia tanto para los cristianos como para los musulmanes y confesó que ha traducido la oración de abandono del beato Carlos al árabe y que la emplea en su oración personal. El reto del diálogo El obispo del Sahara, Mons. Claude Rault, también realizó su aportación sobre el tema El reto del diálogo islamo-cristiano. Nos dijo que el reto que tenemos hoy en relación con el Islam es el diálogo. Existe una gran fragilidad en el mundo actual motivada por los hechos bien conocidos por todos: atentados del 11-S, guerra de Irak, conflicto entre Israel y Palestina… «El contexto no es sencillo, el diálogo interreligioso es complejo y no basta con la buena voluntad, lo importante es salir al encuentro del otro para tener un contacto profundo y sincero», afirmó Mons. Rault. Desde su experiencia como obispo en un medio musulmán, definió varios niveles de diálogo. En primer lugar hay que tener presente el diálogo en la vida cotidiana, que es la base del resto y que desea tener relaciones de buena vecindad, donde el otro no es objeto sino sujeto, teniendo presente el ejemplo de los treinta años años que Jesús vivió en Nazaret. El diálogo en el compromiso, colaborando con actividades comunes y solidarias, en una vida asociativa para buscar la justicia y la paz en el mundo, es otro nivel de este diálogo. Para llegar al diálogo teológico propiamente dicho es necesario el terreno preparado por los dos niveles anteriores y debe ser fruto de la amistad y el conocimiento mutuo previo. Este diálogo, como dijo el obispo del Sahara, «exige dos actitudes básicas: estar bien arraigado en la fe y tradición religiosa propia y estar abierto a las diferencias con el otro». El nivel más profundo es el diálogo desde la experiencia religiosa, para rezar y compartir la razón de lo que cada uno vive de Dios y con el próximo. Los intercambios no deben hacerse desde los dogmas respectivos sino desde la manera como queremos vivir la fe propia, desde nuestra experiencia de Dios y nuestro compromiso con el prójimo. Visita a lugares emblemáticos Durante la estancia en Tamanrasset visitamos la fraternidad de las hermanitas del Sagrado Corazón que desde el año 1952 viven junto a la Frégate, la primera casa construida por Carlos de Foucauld en el año 1905, junto a una veintena de cabañas de ramas de árbol de los tuaregs habitantes de la zona próxima al ouet, el río seco de Tamanrasset. Los momentos de oración y la eucaristía celebrada en la Frégate fueron los momentos emotivos por los recuerdos que nos traen de los últimos años vividos aquí por Carlos de Foucauld, dedicados a acoger a todo el mundo, ayudar a las necesidades de los más pobres, siendo amigos de todos y trabajando once horas diarias dedicadas al estudio de la cultura y la lengua tuareg. La estancia en el mismo lugar donde Carlos de Foucauld vivió su «segunda conversión», en expresión de Antoine Chatelard, nos ayudó a comprender mejor lo que representó para él vivir la proximidad de la muerte y su curación gracias a la ayuda de los tuaregs en el mes de julio de 1908. Diferentes días participamos en la eucaristía del centro de acogida diocesano Béthanie con los pocos cristianos del pueblo y grupos de peregrinos de los lugares foucauldianos. Los días 19 y 20 de abril los dedicamos a visitar el Assekrem, donde Carlos de Foucauld construyó una pequeña ermita. El refugio para acoger a los visitantes, las pequeñas casas de piedra donde viven los tres hermanitos de Jesús y la ermita de Carlos de Foucauld están situados a unos 2.800 metros de altura en un paisaje excepcional por su soledad, aridez, luz y color. Antes de llegar a la ermita, los hermanitos de Jesús nos dieron la bienvenida con un te con menta y con la misma hospitalidad que tienen con los pocos tuaregs nómadas que todavía se dedican a pastar rebaños por la zona de Hoggar. Entre los tres hermanitos que ahora viven allí está el catalán Ventura. Celebramos la misa juntos en la ermita antes de la puesta de sol. El último día evaluamos el encuentro, compartimos actividades varias de difusión del carisma tras la beatificación de Carlos de Foucauld y elegimos al nuevo grupo de preparación de la próxima Asamblea, que tendrá lugar del 20 al 26 de abril de 2009 en Bélgica. El nuevo equipo lo forman Isabel Lara, de las Hermanitas del Sagrado Corazón; Georges Gouraud, de los Hermanitos del Evangelio, y Armand Francklin, de los Hermanitos de la Encarnación. En este próximo encuentro se reflexionará sobre los rasgos de identidad de la Familia y los elementos de unión entre los diferentes grupos, desde la diversidad de vocaciones y carismas, para concretar la misión y difusión del carisma de Carlos de Foucauld. Joan Figuerola Miembro de la Comunidad de Jesús |