La imagen de Dios en el rostro humano
Jesús es la plenitud de la irrupción de Dios entre los pobres. La entrada de Dios entre los pobres y de éstos en la vida de Dios se convierte para Jesús en el camino de su fe, de su conciencia de Hijo, de su fidelidad al Padre, de su vida espiritual. Al interior de este dinamismo Jesús aprende a orar, a contemplar y a cumplir la voluntad de su Padre, a gozarse en que el Padre sea así. El mismo Jesús como pobre recorrió ese camino y experimentó cuánto el amor de su Padre había penetrado en su vida y cuánto Dios se deja conocer, amar y revelar por los pobres. Jesús opta por los pobres por su fe viva en el amor del Padre. Si los justos de Israel quieren excluir a alguien, Dios comienza por buscar y escoger a los que los hombres habían excluido. Todo hombre tiene derecho a la acogida gratuita y maravillosa del amor y de la bondad del Padre Dios. Desde el comienzo de su vida Jesús había tenido esta misión. Así lo anunció un ángel a los más despreciados de Israel, los pastores: "Les traigo una Buena Noticia, una gran alegría que lo será para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un salvador" (Lc 2,10-11). Los pastores están representando a la gente despreciada y marginada por la sociedad, ellos son los elegidos para recibir la "gran alegría" de la "Buena Noticia" que trae Jesús. Así lo reconocería más tarde el mismo Jesús cuando en la Sinagoga de su pueblo se declaró a sí mismo enviado a dar "La Buena Noticia a los pobres", Buena Noticia que es luz y libertad del Padre Dios. (Lc 4,18). Jesús actúa así porque sabe cómo es Dios; desbordante con los débiles, indefensos, desesperados, con los que quieren y no pueden, y con los que ni siquiera son conscientes de que quieren. La experiencia de conocer a Dios como el Dios de los sencillos y reconocer en la vida de los pobres a Dios como Padre de bondad, de ternura, pronto al perdón, rico en misericordia, un Dios que convoca a todos a la fraternidad destruida por nuestros pecados. ¿Qué concepción tenemos de "pobre"? Son muchas las acepciones que se manejan en torno a este término. Consideramos que pobres son aquellos que carecen de polos de atracción, aquellos que no son agradables según los cánones del mundo. Según Teresa de Calcuta pobres son los que carecen de Amor. Cuando hablamos de discapacidad, caemos en el error de pensar en alguien desconocido y lejano, sin llegar a ponerle nombre, aunque realmente existen personas con nombres propios; Juan, Eli, Luci, Jose, Paco, Ángel …, si te acercas a esta realidad descubres que cada uno de ellos aporta una emoción diferente, ternura, amor afectividad, alegría, compañerismo, humor, optimismo, cariño, acogida, comprensión entre ellos, descubres que en muchas capacidades nos superan, la vivencia de todo esto te contagian y te hacen feliz. Te enseñan a saber estar, aunque a veces y según nuestra apreciación del tiempo nos parezca que otras actividades que llevamos entre manos, son más importantes. ¿Cómo testimonian ellos la Buena Noticia? La presencia de estas personas en un entorno, podríamos decir que tiene carácter mesiánico. Reflejan a Jesús pobre entre los pobres. Se palpa el amor día a día, siempre dispuestos a tender una mano. E. Inmigrante, esposa y madre de dos hijos, sin apenas trabajo, sin casa por no poder seguir pagando la hipoteca, con muchos problemas para volver a su tierra. Confianza plena en Dios. Alegría de ser sus hijos aunque vivan en condiciones adversas. F. Desde hace poco tiempo ciega. Aceptación incomprensible. Siempre tiene una sonrisa para recibir al que se acerca a su lado y una alegría que contagiarte. P. La encanta bailar, cantar, cooperar a la hora de ayudar a sus compañeros, reparte felicidad por doquier. J. Dificultades serias para caminar, gran interés por ayudar a trasladarse a los que están en silla de ruedas, le resulta tan difícil que alguna vez se cae. |