Encuentro de comunidades del Hermano Carlos Progreso, Uruguay 5 – 6, febrero 2005. Tema: La Eucaristía
Este encuentro conjunto tuvo lugar en la casa Santo José María Claret de la ciudad de Progreso en la cercanía de Montevideo. Participaron miembros de las Fraternidades laicas de Argentina, Chile, Uruguay y de la Asociación de Fieles ”Carlos de Foucauld”. No pudieron llegar nadie de Brasil por la proximidad de su encuentro nacional. Estuvieron Patricio y Fátima del Equipo Internacional y Ana María, Coordinadora Internacional de la Asociación de Fieles. También participaron jóvenes de la Fraternidad en Argentina. En total éramos más de veinte personas. El tema central fue la Eucaristía pero se abarcó todo el temario espiritual del laico que confronta las dificultades de la vida cotidiana no pocas veces sin fuerzas propias ante semejante desafíos como son la muerte, la desocupación, los problemas matrimoniales o familiares y las tragedias sociales y políticas.
Presentaciones: Comenzamos con la presentación personal de cada uno. Hubo algunos con más de 40 años de Fraternidad. Integraban los primeros grupos en Chile, Uruguay y Argentina en 1959. Otros habían comenzado su caminar apenas hace un año. Todos quedamos impactados por el testimonio de vida de mujeres veteranas de la Fraternidad quienes habían luchado por la crianza de sus hijos, quedaron viudas y ahora siguen a sus nietos. A pesar de estar aquejadas por las enfermedades siguen apostando a la Fraternidad. Decía una: “Mi espíritu es joven pero mi cuerpo y mis piernas no dan más, son viejos. A veces tengo que quedarme postrada por más que quisiera estar en plena lucha” Un joven matrimonio anunciaron que estaban celebrando su aniversario de casamiento pero prefirieron participar en el encuentro que tener los festejos con sus familiares. Igualmente esa misma noche festejamos sus cinco años juntos con música, guitarra y vino. Festejamos que el responsable del Plan de Alimentación del nuevo gobierno uruguayo sea el padre Pedro Monzón de 73 años, un amigo de la Fraternidad de hace largos años. Lamentamos la muerte de dos queridos hermanos, baluartes de la Fraternidad, como fueron en vida Rita Sartor de Reconquista (Argentina ) y Miguel Ángel García de Montevideo (Uruguay).
La Eucaristía en la vida del Hno. Carlos Raquel nos presentó el tema con fotocopias del estudio del Hno. Chatelard sobre la vivencia de la Eucaristía en la vida del Hno. Carlos. Nos dio las siguientes preguntas para orientar nuestra lectura: ¿Qué aspecto de la Eucaristía fue encontrando el Hno. Carlos a lo largo de su vida? ¿En mi vida concreta qué aspecto de la Eucaristía fui yo encontrando? ¿Me ayuda la Eucaristía a vivir con mayor compromiso mi seguimiento de Jesús? Hicimos la lectura en silencio, cada uno por su lado y luego pusimos en común nuestras reflexiones en un clima de revisión de vida. En general el Hno. Chatelard nos ayudó a ubicarnos en la vida del Hno. Carlos. Allí pudimos constatar como fue influenciado por la separación que se produjo en la historia de la Iglesia entre el culto al Santo Sacramento y la Eucaristía. Después de su conversión, se desarrolló en medio de un ambiente religioso que fomentaba, por un lado, la devoción al Sagrado Corazón y al Santísimo con las procesiones de Corpus Christi etc. y, por otro, la celebración de la Misa y la Santa Comunión que se recibía solo en algunas ocasiones. La adoración del Santísimo tomó una fuerza propia en la espiritualidad. Lo que nos impactó es que por disposición de la Iglesia, Hno. Carlos tuvo que pasar mucho tiempo sin poder celebrar la Misa en Argelia. Sin embargo se mantuvo con la adoración al Santísimo. Es una situación que hoy día compartimos muchos laicos ya que las iglesias o capillas a veces están lejos, hay pocos presbíteros y hay otros que son tan problemáticos que no es posible tener comunión con ellos por lo menos con sinceridad. Nosotros también tenemos que encontrar nuestra forma de adoración. Vemos que la espiritualidad del Hno. Carlos tiene cuatro pilares: 1. Eucaristía 2. Oración 3. Fraternidad 4. Palabra de Dios Si seguimos su camino tenemos que desarrollarnos en cada uno de estos fundamentos. Como la fraternidad laica es ecuménica cada uno vivimos situaciones diferentes y tenemos nuestras historias personales con respecto a la Eucaristía. Algunos pueden sentir rechazo por determinadas experiencias de su juventud. Otros de familia o tradición agnóstica tienen que aprender todo lo religioso desde cero. Algunos de tradición valdense o de la Reforma Protestante no la incorpora tanto como los de la tradición católica romana pero se hacen fuertes en los otros tres pilares. Sin embargo coincidimos todos que es vitalmente importante para nuestra vida de fe y de fraternidad tener algunos momentos en el año cuando celebramos juntos la Eucaristía. Sin esta celebración hay algo que falta. Tal vez los religiosos no sienten esta necesidad ya que tienen celebración regulares pero como laicos es una necesidad sentida que muchas veces no podemos satisfacer ya que no hay sacerdotes disponibles para celebrar las Eucaristías con nosotros.
Eucaristía con la comunidad de San José María de Claret. Compartimos la Misa Dominical con la comunidad del Progreso el mismo sábado. La primera lectura de Isaías (58, 7-10) fue impactante: “Comparte tu pan con el hambrienta, tu vivienda con los sin techo ….” Todo un programa de fraternidad que nos hará luz del mundo que luego Jesús tomó como bandera propia en el Evangelio (Mateo 5, 13 -16). ¿Asumimos esta responsabilidad o preferimos huirnos de ella? ¿Qué pregunta, no? La segunda lectura de Pablo fue más reconfortante para los presentes. Allí Pablo explica como empezó su testimonio de Cristo desde abajo, como uno más y de este modo se reveló a todas las naciones la Gracia de Dios a pesar de su debilidad (I Cor. 2,1-5). De hecho Pablo estaba refiriéndose al tiempo que pasó como tejedor de carpas junto a Aquila y Priscila en la ciudad de Corinto. Esa situación provocó tanto el interés del Hno. Carlos que en su carta a Jacques Hors nos presentó el testimonio de este matrimonio amigo de Pablo como ejemplo para el compromiso laical. En resumen la vida de Nazaret es el camino para responder al desafío ético del profeta Isaías. De este modo seremos la luz del mundo.
La Eucaristía en el Evangelio de San Juan El domingo antes de nuestra Eucaristía tuvimos una bella reflexión del padre Pedro Suarez, biblista uruguayo, sabio y amigo de la Fraternidad. Tomó el texto de Juan, capitulo 6, que comienza con la multiplicación de los panes y termina refiriéndose a los complot de traición en su contra. Según Pedro, en todo el relato se entre-traman las realidades de crisis de hambre, el reparto del pan, la promesa de vida eterna y la paz en medio de las persecución. La Eucaristía para Juan se ubica plenamente en medio de la crisis. Está claro que la demanda de hambre está respondido por la bendición e multiplicación de los panes. Y luego la dificultad de Jesús de hacerles comprender a la gente y a los apóstoles que hay otro pan necesario para el andar – el pan de vida – la Eucaristía.
“Señor haga que sea luz en mi casa, en el barrio y en el trabajo” ¿Qué hacemos cuando ante los grandes problemas de la vida sea en la familia con los hijos o en la tragedias sociales por ejemplo, nos quedamos mudos en la oración ante Dios y no tenemos ganas de nada? ¿Somos más oscuridad que luz? Allí es cuando Dios nos pide nada más que estar, estar y estar como muchas veces estuvo el Hno. Carlos a pesar de no poder ver o sentir nada positivo. Creemos fundamentalmente en la Resurrección de la muerte y está el relato de los discípulos decepcionados por la muerte de Jesús en su regreso a Emaús. Allí va un tercero que se revela en el dialogo y el compartir del pan como Jesús resucitado. Siempre en nuestro caminar hay otro que camina al lado que solo ocasionalmente vemos. El Espíritu Santo siempre crea vida, está en cada uno y sale a nuestro encuentro aun en los momentos más duros. La Eucaristía es el símbolo real de la Resurrección. Es lo que heredamos de Jesús y lo que como comunidad eclesial reclamamos de su vida. Por eso celebramos la Eucaristía con gozo, alegría y gratitud. La gratitud es siempre importante en nuestra actitud ante la vida. Y la adoración es la continuación de la celebración de la victoria de la vida sobre la muerte.
Evaluación Se consideró muy bueno el encuentro y la organización. El tema “La Eucaristía” fue excelente. Se destacó el aporte de la Fraternidad Uruguaya a nuestro caminar en las Américas por sus largas y valiosas experiencias. Gracias a ello se logró una profundidad espiritual en el compartir y la reflexión que fue notable. Queda abierta la posibilidad de realizar pronto otro encuentro regional del Cono Sur en Uruguay ya que es un país puente entre países vecinos como Brasil y Argentina. Además descubrimos un tesoro escondido que es el largo testimonio de vida de las fraternidades en Uruguay, ahora rejuvenecido con caras jóvenes. Queremos volver a nutrirnos otra vez pronto de esta fuente. |