DIOS QUE HAS DE VENIR Mira, otra vez es adviento en el año de tu Iglesia, Dios mío. Otra vez rezamos las oraciones de la expectación y de la constancia, los cantos de la esperanza y de la promesa.
Y otra vez toda miseria y toda expectación y todo aguardar lleno de fe se aglomeran en la palabra: "Ven"
Extraña oración: Ya has venido, pusiste tu tienda de campaña entre nosotros, has participado de nuestra vida con sus pequeñas alegrías, con su larga rutina y su amargo fin.
¿Podíamos invitarte con nuestro "ven" a algo más que eso? Penetraste tanto en nuestra vulgaridad que ya casi no te podemos distinguir de los demás hombres.
Dios, que te llamaste hijo del hombre, ¿podías acercarte más a nosotros mediante tu venida? Y, sin embargo, oramos: ven. Y esta palabra nos sale del corazón como en otro tiempo a los patriarcas, reyes y profetas que veían tu día solamente desde lejos y lo bendecían. K. RAHNER |