Presentación de la Familia espiritual Carlos de Foucauld en el mundo Naturaleza: La Fraternidad Iesus Caritas (FJC) es un instituto secular femenino católico. Reúne mujeres solteras o viudas de todos los países, razas y lenguas y de todos los medios sociales, que deseen vivir una consagración definitiva en respuesta a la llamada del Señor en su condición seglar. Fecha y lugar de fundación: 1952, en Ars (Francia). Reconocimiento jurídico: de derecho pontificio, 8 de diciembre de 1999. Miembro fundador de la Asociación internacional Familia espiritual Carlos de Foucauld. Historia: La FJC nació en Ars en marzo de 1952, a partir de un encuentro entre el P. Voillaume, Margarita Poncet y algunas laicas que querían realizar este proyecto de vida. Fue reconocida como de derecho pontificio el 8 de diciembre de 1999. Número de miembros: 250. Implantación en el mundo: Características: La FJC quiere vivir el espíritu de las Bienaventuranzas, el compromiso para construir un mundo más fraternal, que sustituya a un mundo fragmentado, a una sociedad cada vez más anónima e indiferente. En medio de estas contradicciones, la opción por una vida laica consagrada quiere dar testimonio del Evangelio destacando - el reto de la gratuidad sobre la eficacia; - el reto de la confianza sobre la desconfianza y el miedo; - el reto de la fidelidad sobre la relatividad; - el reto del abandono en Dios sobre el éxito a cualquier precio. Queremos manifestar la ternura de Dios en el mundo de hoy, para que por encima de la división de clases, de naciones y de razas reine la unidad de su Amor. Lo cotidiano teje nuestra vida familiar, profesional, social. Generalmente vivimos solas. Respondiendo a la llamada e Dios, que nos ha amado primero, la consagración que nos vincula a la Iglesia según los estatutos de la FJC abarca a la persona en su globalidad:
la vida de Fraternidad: La fraternidad se vive a partir de pequeños grupos que se reúnen durante 24 horas, cada mes, aproximadamente. Los momentos esenciales son: - el de compartir la Palabra de Dios; - la revisión de vida, que permite discernir juntos, con la ayuda del Espíritu Santo, el camino de cada uno, respetando su vocación personal;; - la adoración prolongada. Estas fraternidades se agrupan por regiones, animadas por una regional y su consejo. Los retiros anuales y los encuentros internacionales ensanchan el corazón a un amor universal. Durante 2 años se proporciona una formación a las que comienzan. De ahí sale el deseo de una formación permanente. La relación personal con Jesús se alimenta en la meditación del Evangelio, la celebración Eucarística, la adoración prolongada del Santísimo Sacramento, los tiempos de desierto vividos en soledad. Pedimos al Señor que a pesar de nuestra debilidad, siguiendo las intuiciones de Carlos de Foucauld lleguemos a «gritar el Evangelio con toda nuestra vida.». Más información: |