Presentación de la Familia espiritual Carlos de Foucauld en el mundo Naturaleza: Congregación. Fecha y lugar de fundación: 1933, El Abiod Sidi Cheij (Argelia) Reconocimiento jurídico (fecha y lugar): 19 de marzo, 1936 (por el obispo del Sahara) 13 de junio de 1968 (Roma, derecho pontificio) Miembro fundador de la Asociación internacional Familia espiritual Carlos de Foucauld. Historia: En septiembre de 1933, cinco jóvenes sacerdotes franceses (entre ellos René Voillaume) se trasladan al Sahara (Argelia) para vivir «según el espíritu de Carlos de Foucauld», con un estilo de vida exteriormente parecido a la vida monástica, pero que quiere estar abierto y entregado a los vecinos del pueblo llamado El Abiod, que son musulmanes. En 1947, los hermanos comienzan a vivir en pequeñas fraternidades en ambientes populares, por todo el mundo. Este cambio es fruto de los años de vida y reflexión en el desierto; y también de la profundización en los escritos del Hno. Carlos, de la experiencia de la guerra (Mundial II) y de una búsqueda realizada en diálogo con otros grupos de personas cercanas (la JOC, Hta. Magdeleine, y muchos otros). El espíritu con el que los hermanos se lanzan a este género de vida queda explicado por el libro En el corazón de las masas, que aparece en 1950. Número de miembros: 225. Implantación en el mundo:
Características: modo de vida: Pequeñas fraternidades de 2 ó 3 hermanos, implantadas en ambientes populares, tratando de acercarse lo más posible al nivel y estilo de vida (vivienda, trabajo) de la gente del medio en el que estamos (y también por el esfuerzo para comprender desde dentro y hacer nuestro el modo que tienen las gentes de vivir la fe y de mirar la vida y los acontecimientos). compromiso: Comprometidos a vivir como hermanos - con Jesús, poniéndonos a su escucha para recibir su mirada sobre el mundo y tratar de responder a su amor: - con la gente, buscando con ellos los caminos de una vida más humana, y aprendiendo de ellos; - con los hermanos de comunidad, para concretar nuestro esfuerzo por construir un mundo fraternal (vivir juntos, perdonar, valorar las diferencias...) aspectos esenciales: La Iglesia nos ha reconocido como una fraternidad con una vida contemplativa que le es propia, hecha de compartir la condición social de los que no tienen “ni nombre ni influencia”, y de la adoración a Cristo entregado como alimento para la vida del mundo. Intentamos hacer de nuestra inserciones y de las relaciones que se crean, un camino de auténtico encuentro del «rostro humano de Dios» en Jesús de Nazaret.. Más información: |