Presentación de la Familia espiritual Carlos de Foucauld en el mundo Naturaleza: congregación religiosa. Fecha y lugar de fundación: Fundados el 18 de julio de 1956 en la diócesis de Aix-en-Provence (Francia) por René Voillaume, bajo la responsabilidad del Obispo del lugar, Mons. de Provenchères. Reconocimiento jurídico: 13 de junio de 1968, por el obispo de Aix-en-Provence (Francia). Las Constituciones actuales fueron aprobadas el 5 de enero de 1986, por el Cardenal Danneels, Obispo de Malinas-Bruselas, lugar de la fraternidad Central. En 1968, los Hermanos del Evangelio entraron oficialmente como miembro de la Asociación internacional Familia espiritual Carlos de Foucauld. Historia: La primera fraternidad de los Hermanitos del Evangelio vio la luz en Camargue, sur de Francia, en 1956, por impulso de René Voillaume y de Mons. de Provenchères, Arzobispo de Aix-en-Provence. Pronto se fundaron fraternidades por todas partes, algunas tomando el relevo de los Hermanos de Jesús. A partir del recorrido y de la reflexión de los hermanos, a partir de las aspiraciones de personas de los distintos ambientes en los que están insertos, se ha ido definiendo poco a poco el estilo de la misión evangelizadora de los hermanos del Evangelio: caminar con los hombres y las mujeres compartiendo la fe y el anuncio del Evangelio, en una vida de comunidad fraternal, de oración, de inserción y de relación compartida. Número de miembros: 75. Implantación en el mundo: Características modo de vida: Vivimos una vida de comunicación fraternal varios hermanos juntos, procedentes de culturas y países diferentes. Compartimos la vida ordinaria de nuestros vecinos y trabajamos con ellos para ganarnos la vida y para construir un mundo mejor: eso es para nosotros vivir el misterio de la vida de Jesús, hijo de Dios, en Nazaret. En el corazón del mundo, queremos vivir una vida contemplativa cuyos momentos fuertes son la oración en común y la Eucaristía. Nuestra manera de vivir está marcada por el gusto por la sencillez y sobriedad, un espíritu de apertura y de acogida universal y la búsqueda de humanidad en nuestra relaciones. compromiso: Nuestra vida está animada por un soplo apostólico con el deseo profundo de compartir la “Buena Nueva” de Jesús con los “pequeños”, los excluidos y los olvidados de nuestro mundo. Este anuncio de la Buena Nueva adopta distintas formas según el medio en que vivimos (testimonio, participación en la promoción humana, dedicación pastoral a comunidades, comunidades cristianas de base, acogidas para reuniones y retiros...) aspectos esenciales: Nuestra vida se apoya en tres “pilares”: la vida de oración (personal y comunitaria), la vida fraternal y el compartir de la vida con los “pobres”. Está marcada por la comunicación de nuestra fe en Jesús y por una proclamación de su Evangelio. Queremos «gritar el Evangelio desde los tejados» (C. de Foucauld) con toda nuestra vida y en nuestros distintos compromisos. «Nuestras fraternidades se ponen al servicio de la Iglesia local para dar testimonio del Reino de Dios, proponer un camino de Reconciliación, trabajando así por la Unidad de todos los hombres, anunciar el Evangelio de Dios para que cada cual pueda abrirse en él con libertad y acoger los sacramentos de la salvación» (constituciones, 1.8). Más información: |