Carta a Marie de Bondy, 30 de octubre de 1916
“No creo que aquí, en un futuro no muy lejano, seremos atacados por los Senusitas, a no ser que se presenten nuevos acontecimientos, poco probables.
Sin embargo, le agradezco al Buen Dios el que haya cambiado mi ermita en un baluarte fortificado que prestó ya sus servicios durante la alarma falsa que hace 40 días sufrimos. Para este invierno temo por una hambruna severa y su colaboración me permite el necesario abastecimiento, para que aquí y en los alrededores no haya gente que muera de hambre. Aquí hay dos cosechas al año: una de trigo y una de mijo, la primera en la primavera, la segunda en el otoño. La primera resultó muy escasa, la segunda nula y esto después de casi cuatro cosechas malogradas y a once años de sequía, la tierra esta agotada.
Las mujeres de aquí aprendieron el ganchillo, me encargaron pedirle 3 modelos de zapatitos para niños de un año (ganchillo o de punto de aguja, medias (sin duda para hacerlo en punto de aguja) para un niño de la misma edad, un vestidito en ganchillo para niñas de la misma edad. Me agrada mucho transmitirle su petición. Estoy sumamente contento que aprendieran la utilidad del ganchillo y el punto de aguja y el vestir a sus hijos, que a menudo hasta los 10 años, deambulan en su más sencilla exposición.”