Encuentro de Guadix 2009 - Oración de la mañana del domingo Gritad: ¡El Señor llega!
- Hablad al corazón a los que sufren, gritarles que acabó su dolor, el Señor les tiende la mano. - Consolad, consolad a mi pueblo, dice nuestro Dios. - Se oye una voz que dice: ¡Grita! Yo respondo: ¡Qué debo gritar! “Aquí está nuestro Dios, como un pastor que apacienta el rebaño, toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres. - Aquel día, el Señor preparará para todos los pueblos, un festín de manjares suculentos, con vinos de solera. Aniquilará la muerte para siempre - El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros y la humillación de su pueblo - Aquel día se dirá: “Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara. Celebremos y gocemos con su liberación. - Esforcémonos en conocer al Señor. Como la aurora es puntual en su salida cada día, así vendrá a nosotros. - Os llevaba en mis brazos, dice el Señor, y vosotros, sin darse cuenta de que os cuidaba. - Con correas de amor os atraía, con cuerdas de cariño, fui para vosotros como quien alza una criatura a las mejillas, me inclinaba y os daba de comer. - Quien sea sabio que lo entienda, quien sea inteligente, que lo comprenda. Los caminos del Señor son llanos, por ellos caminan los justos, en ellos tropiezan los pecadores. - No os preocupéis porque seáis pequeños o pocos. Dios ama lo pequeño. “Tú, Belén, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel. Y sus orígenes son desde tiempos antiguos, desde los días de la eternidad.” - “Te doy gracias Padre, dice Jesús, porque estas cosas se las has revelado a los pequeños y sencillos. Porque tú así lo has querido”. - “No nos inquietemos por aquellos a los que nada falta, en quienes todos piensan. Inquietémonos y ocupémonos de aquellos a quienes todo falta, en quienes nadie piensa. Seamos los amigos de aquellos que no tienen amigos”. - “Trabajad por la humanización del mundo, sin palabras, en silencio. Llevad el Evangelio no predicándole con la boca sino predicándole con la vida, no anunciándolo sino viviéndolo” - Toda nuestra vida por callada que sea, debe ser una predicación del Evangelio con la vida, con toda nuestra existencia; todo nuestro ser debe gritar el Evangelio sobre los tejados, debe ser una predicación viva”. - Sube a un monte elevado, mensajero del Señor: ¡Alza fuerte la voz! Álzala, no temas. Di a los empobrecidos, a los enfermos, a los abandonados, a los no queridos : ¡Levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación ¡ |