Páginas para la Oración
Taller 1 Tan pronto como entendí que existías, comprendí que no podía hacer otra cosa que vivir sólo para Ti. Cuando uno te ama no te mira más que a Ti; que todo, todo, todo en mi vida: pensamiento, palabras, acciones sea para amarte más perfectamente. Que mientras rezo, leo, trabajo, hablo, duermo, como… en casa o por el camino, noche y día, esté perdido en Ti, abismado en Ti, que viva en Ti, por Ti, para Ti, sumergido sin medida en tu amor.
Taller 2 Lo que sueño es muy sencillo, parecido a las comunidades muy sencillas de los primeros tiempos de la Iglesia… Algunas almas reunidas para llevar la vida de Nazaret, vivir de su trabajo como la Sagrada Familia y contemplándote a Ti, Jesús. Jesús, que en toda tu vida no hiciste más que bajar: bajar encarnándote, bajar haciéndote niño pequeño, bajar obedeciendo, bajar haciéndote pobre, abandonado, exiliado, perseguido, martirizado, poniéndote siempre en el último lugar para compartir todas las cruces de los más abandonados. Danos, Señor, la gracia del descenso en esta cultura del éxito y del prestigio para gritar con nuestra vida el Evangelio y hacernos hermanos de todos.
Taller 3 Señor, quiero mirarte, estar todo el tiempo contigo, porque me amas.
Señor, quiero mirarte, quiero mirarte en los hermanos, porque me amas, porque los amas.
Dígnate darme la conciencia de tu presencia, de tu presencia en mí y en torno de mí.
Señor, quiero amar a los hermanos como tú me amas a mí y a ellos.
Ayúdanos a descubrir a Jesús Eucaristía para hacer de nuestra vida una vida entregada y de servicio.
Taller 4 Señor Jesús, enséñanos a ir haciéndonos hermanos universales. Que nos reconozcamos con toda la humanidad como hijos de Dios y hermanos de todos. Que nuestro apostolado sea el apostolado de la bondad. Que vayamos, conforme a la inspoiración del Espíritu Santo, allí donde Jesús iría: hacia los que el mundo olvida, desprecia, rechaza… Que nuestras casas y nuestros corazones sean un puerto, un asilo donde todo ser humano sea siempre fraternalmente invitado, deseado, recibido…
Taller 5 Señor, tú animaste a María, antes de nacer, a visitar a Isabel… anímanos a nosotros a trabajar como ella sin palabras, llevándote en medio de los que te ignoran, no predicando el Evangelio sino viviéndolo. Tú dijiste: “todo lo que hacéis a uno de estos pequeños a mí me lo hacéis”. Si pensamos que estas palabras son tuyas, tú que también dijiste “Este es mi Cuerpo, esta es mi sangre”, ¡con qué fuerza no tendremos que amarte en los más pequeños!...
Taller 6 Bendito seas, Señor, que nos das una fuerza que evidentemente no es nuestra, y que nos ayuda a no tener nunca miedo de nada. Por la oración, nos haces partícipes de tu poder inmenso. Haz que no pidamos cosas pequeñas, que pidamos lo imposible, porque nos dices que todo es posible para ti, Señor de lo imposible. Danos la fe que quieres que tengamos, y haz que actuemos en consecuencia. Haz que nuestra vida sea una vida de fe y de oración continua. Bendito seas, Señor, que preparas desde lejos las cosas y haces que, tanto nuestros actos buenos como los malos, sirvan para la salvación de todos.
Taller 7 Haz, Señor, que permanezca en el secreto de tu rostro, que el fondo de mi vida sea contemplarte constantemente. Y que tu amor me lleve a una necesidad irresistible de no existir ya más para mí mismo, de fundirme y perderme en ti. Qué agradable estar contigo, sumergido en la contemplación de tu amor. Orar sin cesar es amar sin cesar, vivir en la presencia de tu amor, con cada persona que encuentre y en cada acontecimiento de mi vida.
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